Neurogénesis

Dale reiniciar a tu mente

Hace unos meses, creo que posiblemente a finales del 2021, tuve la oportunidad de escuchar a un asesor financiero muy particular.  Se llama Jaiber Pérez y es colombiano.  En el marco de sus asesorías plantea un discurso reflexivo que me encantó y en el momento sembró una perspectiva distinta de la vida y del ser, aunque en términos más concretos, sembró una serie de ideas de orden práctico que en definitiva me están ayudando en mi vida cotidiana. Les voy a compartir mis notas de aquella alocución que le escuché. 

Hackea tu mente.  Estamos pasando como humanidad momentos muy impactantes.  ¿De qué forma podemos salir fortalecidos de todo esto? Enfocarse en el conocimiento del cerebro es importante para hallar las claves de entendimiento de todo esto.  Tomar conciencia.  Con – ciencia. 

Cerebro.  Su función es ayudarnos a ahorrar energía.  Gastar la mínima cantidad de energía para aprenderse las rutas automáticas y así  no tener que estar pensando siempre o empezando de nuevo cada vez.  El cerebro tiene las neuronas que son células cerebrales que se conectan por medio de una excitabilidad eléctrica, se conectan por mecanismos eléctricos.   Las neuronas se conectan por medio de receptores que pasan información de una a otra, se llaman neurotransmisores.  Se conectan entre ellas y forman redes neuronales, y al construir redes neuronales forman pensamientos, y al construir pensamientos forman creencias, y cuando unas creencias se conectan con otras y otras se forman patrones de comportamiento o conducta. 

Son parte vital de lo que somos.  Todas sus respuestas en la vida proceden de la interacción que usted tenga con sus neuronas, de cómo está el cableado interno.  Las neuromas forman los patrones de acción o reacción.  Todos cargamos una historia en el cerebro (cableado interno, una configuración neuronal) a través de unos impulsos eléctricos que hace que nos comportemos de una manera o de otra.  Porque el cerebro ya aprendió a través de la vida patrones de conducta.  De modo que, si su vida no marcha bien, si todo son dificultades, piense en cuáles son las soluciones que tiene ya establecidas su cerebro, piense que quizás esas rutas no hacen más que repetir patrones de conducta o pensamientos que no le dan herramientas para enfrentar el momento presente, y los nuevos desafíos que tiene en su vida.  Quizás el cerebro está demasiado cómodo con su configuración y no le deja ver otras posibilidades, porque usted no estimula que él tenga otro tipo de conexiones, o que renueve y amplíe  sus conexiones.

El cerebro no analiza, es absolutamente literal y no tiene sentido del humor.  El inconsciente (esas redes ya establecidas cargadas de creencias que suelen guiar nuestras conductas) ya tiene sus patrones establecidos y sus creencias.  Pero nosotros tenemos que ser los dueños de nuestro cuerpo y de nuestra consciencia. Nosotros podemos cambiar la forma de interactuar con nuestro cerebro para poder reconfigurarlo (engañarlo, hakearlo) y por tanto, hacerlo salir de la zona de confort. Se trata de re-cablear nuestro cerebro para que explore otras posibilidades y pueda crearme condiciones para hacer que mi SER crezca y que no se quede estancado en el presente, con el viejo programa (anclado en historias y traumas pasados) saturado de creencias quizás erróneas que operan inconscientemente y no me hacen feliz.

Si usted en este momento no es la persona que quiere ser, fínjalo hasta que lo sea, si no se siente a gusto consigo mismo, con la vida que tiene en este momento, por favor:  revise sus redes neuronales.  Revise cómo ha sido cableado.   El 50% de las redes se heredan a través de 4 linajes.  Esas 4 energías del ADN, los ancestros.  El 50% restante responde al historial personal desde tu concepción hasta los 9 o 12 años a más tardar.  Y ahí cierra.   En ese sentido somos unos niños de 40 años y más…. tomando decisiones. Tenemos que empezar a revisar las redes, hacer una auto-revisión, una autocrítica.  Autocrítica que no es más que darle una oportunidad a nuestro SER más profundo y a nuestra vida de florecer; tomar consciencia de lo que nosotros hemos ido creyendo con el paso de los años y  del acomodamiento en las formas de pensar que hemos tenido, y que al final no nos hacen felices.  Si nosotros no lo hacemos, el cerebro solo no lo va a hacer. De lo contrario el cerebro no cambia.

Una red neuronal jala a otra y esas otras y a otras.  Por asociación, si yo digo “cigarro” lo vinculo con otra palabra o concepto, y así sucesivamente, según sea mi marco de creencias, según sea la configuración de mis redes neuronales.  Ellas se van “encendiendo”.  No necesitan ningún esfuerzo porque ellas han aprendido a encenderse juntas.  Cuando aprendemos algo gastamos mucha energía, pero luego ya las redes aprendieron la tarea y ya no gastan energía.  El cerebro se aprende las rutas de memoria, las rutas sinápticas para evitar tanto gasto de energía.  Nos volvemos competentes inconscientes.  El cerebro ya se aprendió las rutas.  ¡Y que bueno!.  Gracias a eso no estamos aprendiendo siempre, gracias a eso se nos facilita la vida y hacemos muchas cosas en automático.  Pero qué triste que esas redes neuronales sean las que elijan tu pareja, porque posiblemente estás eligiendo desde el inconsciente. Es triste que sea el inconsciente quien maneje tu salud, tu dinero, tu miedo, el que se adueñe de muchas cosas donde yo tengo que tener control.  Si tu vida, si tus relaciones y tu condición actual no te hace feliz, tienes que autoexaminar tus redes, tus marcos o patrones de comportamiento. Tristemente, en la mayoría de las personas el cerebro permanece igual a lo largo de su vida.  Porque como somos inconscientes de este mecanismo automático de las redes neuronales, no procedemos a tomar control consciente. Por eso lo primero que hay que hacer es reconocerlo.  Reconocer que tenemos unas redes neuronales, que han sido una construcción social desde nuestros ancestros hasta nuestra historia social más próxima, reconocer que muchas de las cosas que creemos no sabemos bien por qué las creemos, porque justamente solo son creencias arraigadas.  Nos han hecho mucho daño quizás porque con frecuencia sucede que no tenemos reflexión sobre ellas.  Las damos por hecho. 

Nosotros podemos poner en tela de juicio todo eso, no tenemos por qué creerlo y avalarlo todo, podemos cuestionarnos, aunque tengamos que ir en contra de lo que dijeron los ancestros.  ¿Por qué tenemos que seguir legitimando formas de pensamiento que quizás hoy no se ajustan a mi realidad, a lo que me podría hacer feliz, a lo que siente el ser profundo casi como un acto de rebeldía frente al cerebro?  Pero,  …¿Por qué tenemos que poner en tela de juicio nuestras propias creencias?   Porque nosotros venimos aquí a este mundo a trascender (red neuronal siempre abierta a la plenitud de la vida), a ser un ser humano genuino con conciencia plena de lo que está viviendo. 

Caminando por el bosque

El planeta hoy, con todo lo que está viviendo, nos está invitando a esto:  a pensarnos de una manera diferente.  

Importante saber que tenemos tres sistemas cerebrales.  1. Sistema de reacción:  gracias a él estamos vivos. 2.  Sistema de emoción: gracias a él sentimos, y 3.  Sistema de inteligencia.   Podemos dejar de sabotearnos.  Nosotros no somos lo que queremos ser porque nuestro cerebro no cree en nuestro potencial.  El peor enemigo del ser humano es el sí mismo, no es la competencia de un OTRO.  Su competencia son sus redes neuronales que todo el día está ahorrando energía para que nos mantengamos en nuestra zona de confort. 

¿Qué hacer?

Vamos a meterle mano al cerebro.  Hay que hacer una cirugía mental, hacer una logotomía.  Reseteo mental.  Una energía nueva.  Con Con-ciencia. 

Nuestro cerebro es un tejido que se fue creando con nuestra forma de vida y con la convivencia social, es una construcción social.

Algunas pistas para empezar el reseteo.

Primero que todo: no actúe por emoción o por reacción.  No tome decisiones cuando tenga emoción o reacción.  Deje que pase para que sea el neo-cortex el que tome las decisiones.

Segundo:  procure activar poco el triángulo HPA.  Hipotálamo, pituitaria y glándulas adrenales.  Porque juntas hacen cortisol que es la hormona del estrés.  Se riega por el sistema sanguíneo, se sube por la carótida que es la arteria que comunica con el cerebro.  El cortisol estimula el estrés y te hace reaccionar. Y está bien, porque es necesario cuando hay una amenaza (y necesitamos tener fuerza), pero si tenemos mucha producción de cortisol siempre estamos sintiéndonos amenazados. Todo y todos son una amenaza.  La preocupación es una maquina automática de producción de cortisol.  El óxido que genera el cortisol aísla la unión eléctrica entre las neuronas.  El cortisol aísla la función neuronal. Cuando es generado infinitamente, nos volvemos más brutos.  Jajajaja….¿Por qué? Porque atacamos y secuestramos el neocortex.  Nos volvemos reactivos.  No le damos chance al pensamiento autónomo.

Neurogénesis:  hoy sabemos que las neuronas no mueren para siempre.  Sucede lo que se conoce como la Apoptosis:  las neuronas se reemplazan.  Pero el cortisol evita que se produzca ese neurogénesis.  Las personas contaminadas desde el cortisol se vuelven personas tóxicas.  ¿Conocen a personas tóxicas?

Cuando actuamos desde estos sistemas más instintivos -reptil y límbico- empezamos con la queja.  No se queje, haga el reclamo si tiene que hacerlo, pero no se esté quejando.  Cada queja es la muerte de millones de neuronas.  Con la queja, el lamento, el enojo, los celos, la rabia y el miedo, se le da más fuerza al cortisol que a los neurotransmisores.

Tiempos de meditación

En síntesis:

  1. Nunca actúe bajo los efectos de la reacción, emoción o éxtasis.  El cortisol se come las neuronas.
  2. Atención plena.  La gente que está en todo sin poner atención plena le está haciendo un gran daño al cerebro.  Máquinas que hacen de todo. El cerebro no es multitarea. Ponga tiempo para cada cosa.  Enfóquese.
  3. Permanezca en el presente.  Estamos aquí queriendo estar allá.  Estamos en el pasado o hacia el futuro.  Lo que tenemos es el presente.  Esa tensión genera estrés, genera cortisol. Permanecer en el presente es meditar, es amarse, es recuperar la capacidad de asombro. ¡A disfrutar de cada detalle presente de la vida!!.  Destierre el sufrimiento.  El pasado deprime y el futuro genera angustia.

¿Qué hacer?  Más práctico….

  1. Haga deporte.  Muévase.  Genere endorfinas.  Genere Neurotransmisores.  El deporte reconecta las neuronas, las fortalecen.  El hábito del deporte las fortalece porque se crea la mielina. Esa mielina fortalece la conexión neuronal.  Mientras se camina se encuentra inspiración para vivir, emerge la imaginación, la recreación.  ¡Es fantástico!. 
  2. Aliméntese de manera saludable. No le de basura a su cuerpo.  Ámelo.
  3. Medite.  Ejercite la atención plena y el vivir el momento presente. Disfrute del silencio y del fluido de su respiración. Energía vital.
  4. Viva en gratitud.  Viva en estado de gratitud.  ¡Gracias, gracias, gracias, todos los días y a cada rato!!
  5. Reemplace los hábitos dañinos.  Revise cuál es su adicción.  El vino, la carne, los postres, la TV, los aparatos y sistemas digitales, los juegos de azar…. ¿cuál es su adicción?  Reemplácela.  Busque nuevas experiencias, salga de la inercia y el acomodamiento que le intoxica.
  6. Empiece hoy mismo, no mañana.  Dispóngase a cambiar el paradigma que guía su vida.  Conéctese con su YO superior, y busque la plenitud de su condición humana más sublime. Sea usted, no sea lo que usted en realidad no es.  Descúbrase y alégrese de la maravilla que lleva dentro. Realícela.  No venda su libertad espiritual. NOTA: A Jaiber Pérez, gracias, gracias, gracias.

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