La Salvia Officinalis es una de esas hierbas famosas en el mundo y con una historia de siglos en su uso. Se le aprecia tanto por su utilidad en cocina, como por sus usos medicinales y sagrados. En algunos países como Inglaterra sin salvia, romero, perejil y tomillo no se vive, son esenciales. La salvia tiene un aroma fuerte y penetrante y un sabor ligeramente picante. Las hojas tienen propiedades antibacterianas, fungistáticas y virostáticas.
Las salvia ha demostrado tener gran utilidad en el tratamiento de los síntomas de la menopausia, especialmente en el alivio de los “sofocos”. Tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias de la cavidad bucofaríngea. Es coadyuvante en problemas digestivos y de sudoración excesiva, y efectiva en problemas de mal aliento o mal sabor en boca. Se utiliza para tratamientos del sistema respiratorio y alivia dolores articulares. También se usa para aromatizar la casa o limpiar malas energías del cuerpo. Personalmente me encanta usarla en mis rituales de sanación personal y de espacios.
Se recomienda utilizarla en infusiones sola o mezclada con canela, anís, menta y miel de abeja. También en lavados del cuerpo o de pies, en enjuagues bucales o gargarismos. También mezclada con aceites vegetales para masajes del cuerpo ó directamente en aceite esencial orgánico para tratar salmonela o cándida. Las dosis y los tipos de uso, según sea su caso, deben consultarse con un profesional de la medicina holística.
Consulte en Remedios Caseros sugerencias de consumo y uso de este producto.
