La Uña de Gato es otra de las interesantes plantas originarias del Perú, aunque hoy está presente en muchos otros países del Centro y Sur de América, y El Caribe. Los primeros estudios científicos se remontan al siglo XVIII pero su uso se estima ha sido parte de la herbolaria ancestral de los pueblos Incas por cerca de 2000 años. Se popularizó como hierba sagrada de la selva tropical o como “milagro amazónico”, y ha sido usada por los pueblos del Perú como parte de sus tradiciones curativas.
Hoy los estudios científicos, no sin polémicas al respecto, dan cuenta de sus propiedades antiinflamatorias e inmunoestimulantes. Se afirma que la Uña de Gato “es un antioxidante efectivo que protege a las células contra el estrés oxidativo….. Así, el extracto acuoso de la corteza degrada directamente el peroxinitrito, un potente oxidante celular implicado como mediador en diversos procesos inflamatorios”. Revista de Fitoterapia, Volumen 3, No. 1. Marzo 2003. Sociedad Española de Fitoterapia. Sefit. Juan Carlos Quintela y Olga Lock
Por consiguiente, en la medicina tradicional del sur del Continente Americano, especialmente, esta planta se ha utilizada para tratar procesos inflamatorios propios de la artritis, la gastritis, inflamaciones de las vías urinarias, y hasta para enfermedades degenerativas y procesos virales. En algunos campos fitoterapéuticos se le reconocen acciones anticoagulantes, adaptógenas, antidiabéticas, cardioprotectoras, cicatrizante y antiviral. No obstante, los datos farmacológicos y clínicos convencionales lo que más sustentan es su eficacia en eventos inflamatorios, especialmente reumáticos. La Asociación Americana de Productos Herbarios (https://www.ahpa.org/) la clasifica con un bajo nivel de toxicidad, por tanto, más segura en su consumo, aunque se recomienda no pasar de dosis de 250 a 300mg (una a dos capsulas diarias) para lograr resultados inmediatos.
Consulte en recetas saludables sugerencias de consumo de este producto.